lunes, 31 de diciembre de 2012

Plano Detalle os desea Feliz Año Nuevo.


Hoy es el último día en el calendario gregoriano, utilizado de manera oficial en casi todo el mundo. Aunque existen otros calendarios como el persa que celebra el fin de año en primavera o el Año Nuevo Chino en el mes de febrero. Para todos, más tarde o temprano, aquí o allá, Feliz Año Nuevo.



jueves, 27 de diciembre de 2012

Sin ciencia no hay futuro.





Plano Detalle quiere mostrar su disconformidad con los recortes aplicados en investigación científica y proyectos I + D +i para los Presupuestos del Estado en 2013.

En contra de la recomendación de la Comisión Europea de que los recortes para controlar el déficit público no afecten la inversión en I+D+i, el Gobierno y las Cortes Generales de España han aprobado unos Presupuestos Generales del Estado que dañan a corto y largo plazo al ya muy debilitado sistema de investigación español.

Muy probablemente los países que triunfen en un futuro próximo, serán aquellos que basen su economía en la tecnología, la robótica y la ciencia. España, gracias a sus políticos, posiblemente no se encuentre entre aquellos países y nosotros como ciudadanos suframos las consecuencias.

Para frenar esta política de recortes nació la iniciativa Carta Abierta por la Ciencia en Españaque con el apoyo de numerosos científicos, sociedades y asociaciones científicas y personas de múltiples ámbitos laborales, ha hecho llegar al presidente del gobierno español más de 46.000 firmas contra los recortes en I+D+i con el propósito de evitar un deterioro irreversible del sistema de ciencia en España.





A este gesto Plano Detalle se ha suscrito bajo el nombre de su autor. 


viernes, 21 de diciembre de 2012

Video-trampeo o animales actores.


La escena del águila que captura una cría de becerro y se la lleva volando entre las garras en la serie El hombre y la Tierra que dirigiera  Félix Rodríguez de la Fuente o una osa Polar dando a luz mostrado en la serie Frozen Planet,  son  ejemplos de  escenas de documentales de naturaleza perfectamente preparadas  y manipuladas.

El truco estaba en que el águila llevaba entre sus garras en realidad una cabra muerta llena de paja y   los oseznos nacieron en un zoo holandés no en el polo.  Sin embrago, este tipo de estrategias como es filmar con animales adiestrados  o  animales salvajes en cautividad son más habituales de lo que nos creemos para la realización de documentales entorno a la vida animal.

Este planificación no solo busca situaciones dramatizadas y la consecución de imágenes espectaculares que atraigan al espectador sino que se convierte también en una alternativa o la única posibilidad para poder obtener imágenes de la vida animal, que de otra manera sería casi imposible filmarla en su estado natural. Además con estas  filmaciones planificadas  se evita interferir en el día a día de la fauna salvaje  muy sensible a la presencia humana.

Aunque para algunos esto pueda parecer un fraude, en mi opinión no le resta  el valor divulgativo y de atracción que puedan tener estos documentales, siempre y cuando se ajuste a una verdad científica, a pesar de que  lo mostrado en las imágenes en ocasiones no sea del todo real. 
Para quién recele de estas recreaciones de la vida animal, existen otros métodos de filmación mediante los cuales obtenemos imágenes muy  realistas y sin “trucos”. Es lo que se conoce como vídeo-trampeo que consiste básicamente en la colocación en el medio natural de un dispositivo de filmación con sensores de movimiento que  al paso del animal inicia la grabación automáticamente. Son equipos autónomos, camuflados en el entorno y que no necesita la intervención humana, lo que evita molestias a la fauna salvaje.


Cámara de vídeo y foto trampeo oportunamente camuflada
 
Algunas de las características técnicas de una cámara de vídeo y foto trampeo

 Estos equipos utilizados como herramienta científica para el estudio de diferentes especies animales, como es el caso en España del lince ibérico, se ha incorporado también a los medios de producción de documentales de animales.  La imágenes generadas por este dispositivo de vídeo-trampeo rompe de alguna manera con las escenas preciosistas y sumamente controladas a las que estamos acostumbrados en las producciones documentales más reconocidas,por ejemplo, de la BBC o de National Geographic.  Éstas imágenes presentan extraños encuadres, movimientos panorámicos artificiosos ( en el caso de que la cámara presente movimiento  automatizado), largos planos fijos, registro de sonido algo deficiente, etc. A pesar de lo poco cinematográfico de las imagenes captadas,  el valor real se  encuentra  en la frescura e inmediatez, su carácter verdaderamente científico y realista, donde el animal que aparece es salvaje y no amaestrado.

Por lo general, en la producción documental  las imágenes obtenidas a partir de este método, en el caso de ser utilizadas -no siempre se obtienen resultados óptimos-  suelen ocupar generalmente  poco espacio en el metraje final de la película. Sin embargo, existen algunos documentales  sobre el mundo animal ( de pequeñas productoras  o con un  carácter más científico) que basan una parte  importante del metraje en este tipo de imágenes de vídeo-trampeo. Un ejemplo claro en el uso de esta técnica es en el documental que lleva por nombre,The Vanishing Amur Leopard (El leopardo Amur al borde de la extinción) de Sooyong Park.  

Facilito el enlace al documental completo en Veoh. A la vez  dejo un fragmento de  aproximadamente 25 minutos.
 

Como veréis ,  las imágenes de vídeo-trampeo aparecidas en el documental están más que justificadas por el carácter esquivo y desconfiado de este animal.  Incluso en varias ocasiones se nos llega a mostrar en pantalla  este dispositivo de grabación y la reacción de desconfianza que  genera en el animal el entorno natural en  donde está ubicada esta cámara automatizada.

El valor de este documental no está solo en las imágenes captadas mediante vídeo –trampeo  para revelarnos los secretos de  la vida del leopardo Amur, también en la combinación equilibrada entre este tipo de  imágenes automatizadas y la filmación "tradicional", acompañada de una voz en off con exposiciones breves de científicos ante la cámara. Así, mientras que en las imágenes de vídeo-trampeo la voz en off que las acompaña no recurre a estrategias retóricas - como el uso de la metáfora, el símil,etc- limitándose a meros comentarios descriptivos, en las imágenes filmadas  por el operador de cámara  si se permiten ciertas licencias narrativas como es la presencia activa de científicos, dramatizaciónes,etc.
     
No es tarea fácil mantener la atención y el interés del espectador (acostumbrado a un nuevo paradigma de documental de naturaleza, de montaje dinámico e imágenes espectaculares) hacia  un documental de estas características, sin embargo, desde mi modesta opinión creo que en este caso lo consigue de manera notable. Su principal baza es que como espectadores, las imagenes de video-trampeo, nos coloca en una posición privilegiada como observadores de excepción,  adentrándonos sin ser vistos en el entorno natural de este animal, sin alterar su comportamiento y por tanto presenciando imagenes de un elevado realismo documental. 

Las diferencias son evidentes  entre imagenes obtenidas con la técnica del vídeo-trampeo y las filmaciones controladas y planificadas con animales  amaestrados o en cautividad. Pero lo importante es que pese a sus diferencias, la combinación  de estas estrategias de filmación y los continuos avances tecnológicos, no pueden más que beneficiar y enriquecer el discurso del documental de naturaleza entorno al mundo animal.


Referencias
  • León, Bienvenido (coord.) (2012): Ciencia para la televisión. El documental científico y sus claves, Editorial UOC.


viernes, 30 de noviembre de 2012

Ensayo cinematográfico y experimento científico. La Région Centrale de Michael Snow.



Una de las intenciones de este blog es acercar y dar a conocer aquellos documentales de divulgación científica y cultural más interesantes a nivel local e internacional, mediante reseñas y comentarios críticos, o incluso si fuera posible enlazando el video de la obra en cuestión.

Hasta ahora no había encontrado el momento adecuado para el inició de esta nueva sección. Sin embargo, esta semana descubrí casi por casualidad una película, La Région Centrale (Michael Snow, 1971) que en un principio descarté por su factura digamos, nada convencional y muy alejada de lo que conocemos como documental de divulgación. De hecho, esta película no es un documental y se puede decir que  tampoco es una película de ficción. Entonces ¿a que viene esta reseña? Se preguntará más de uno. A mi parecer, lo que plantea esta obra entorno a lo humano, la tecnología  y la naturaleza, era lo  suficientemente interesante para abrir esta sección a pesar de estar muy lejos de lo puramente divulgativo  aunque próximo a la ciencia en su vertiente más reflexiva.


Cartel de la película

Descartado el carácter documental (aunque discutible) y divulgativo de la obra, la película en contra de lo que pueda aparentar tiene mucho de ciencia –concretamente de tecnología-  y de reflexión  filosófica. La película en sí misma es un experimento científico cuya realización prescinde de toda intervención humana (a excepción de la localización de grabación, construcción de la máquina y el montaje final de la película) a favor de lo puramente tecnológico. 


Para llevar a cabo esta película, se diseñó un brazo robotizado y programado para realizar una serie de movimientos. Sobre uno de los extremos de este brazo robótico   se instaló una cámara cinematográfica que registraría  durante 24 horas la imagen y el sonido del entorno natural donde se emplazó este dispositivo - una región desiértica  a 100 kilómetros al norte de las islas Sept en la provincia de Quebec.


Cámara instalada en el brazo robotizado 


El resultado de esta obra (con 190 minutos de duración) en un principio desconcierta por su inexistente  carácter narrativo que se le predispone a cualquier obra audiovisual. Pero por otra parte impacta y fascina por todo aquello que nos sugiere.

Sin rastro alguno de presencia humana, más allá del carácter artificial de las sombras proyectadas en el suelo por el propio aparato fílmico. Sus imágenes, producto de la tecnología, están en continuo movimiento – lateral, vertical, y movimientos circulares- provocando la desaparición de las coordenadas establecidas por los humanos, arriba y abajo. Una sensación de ingravidez se impone en un entorno natural aislado y solitario que parece más propio de otro planeta. Cabe pensar incluso que el punto de vista correspondiera al de una sonda espacial en su visita a un planeta extraterrestre. 

La deshumanización del entorno, “habitado” por lo tecnológico, viene reforzado por una abstracción sonora hecha de zumbidos electrónicos agudos - pulsos electrónicos que guían la máquina- y texturas atmosféricas que concuerdan, de vez en cuando, con las secuencias de desplazamientos. 

El material resultante encuentra una extraña belleza en la tensión constante entre las movimientos mecánicos de la cámara, matemáticamente determinados y preprogramados de la cámara y las visiones de un entorno natural en el transcurso de un día, desde el amanecer al anochecer. La tecnología nos revela otra realidad que nos lleva a replantearnos nuestra relación y comprensión del mundo, a resituarnos en él.

Snow parece buscar respuesta a una pregunta ¿Éste dispositivo robotizado de grabación producto de la ciencia y la tecnología puede tener posibilidades expresivas por sí misma?



Michael Snow junto al dispositivo de grabación en el entorno de las Islas Sept


Descúbrelo por ti mismo, aunque aviso, su carácter experimental  a más de uno se le pueda atragantar. Solo hay que tener un poco de paciencia. 







lunes, 12 de noviembre de 2012

Guillermo Zúñiga. Pionero del cine científico en España


Biológo, profesor de instituto, cineasta y fotógrafo, Guillermo Fernández López Zúñiga, nombre completo al que todos conocían como Guillermo Zúñiga (1909-2005), fue el principal promotor y padre del cine científico en España.

Guillermo Zúñiga

Tras la Guerra Civil estuvo exiliado en Francia  (1939-1947) y estuvo en varios campos de concentración franceses (Argelès-sur-Mer o del de Bram). De Francia se trasladó a Argentina (1948-1957) donde estuvo de profesor de cine científico  en el Instituto Argentino  Cinematográfico (1953-1956). De vuelta a España en 1958, fue profesor  encargado en la Escuela Oficial de Cinematografía  de Madrid (1967-1972), jefe de producción de varias películas  y director  y realizador de documentales científicos. En 1966  fundó la Asociación Española de Cien Científico, la actual Asociación Española de Cine e Imagen Científicos (ASECIC). Él mismo presidio la asociación durante veinte ocho años desde 1966  a 1994.

Algunos de sus primeros documentales científicos fueron Boda en Navalcán (1932), Marruecos (1933), y La vida de las abejas (1935). En los años 50 ya exiliado en Argentina hizo Las abejas (1951) y algunas otras que se desconocen. Aunque la mayor parte de sus documentales los hizo cuando volvió a España, como son Palomas mensajeras, Las aventuras de Api (1964), Florida y el viento (1965), Un pequeño colonizador verde (1968), Mytilus edulis. El mejillón en Galicia (1970), Guerra en el naranjal (1971), La mosca de las frutas (Ceratitis capitata Wied) (1971), Encinares (1973), El agua en la vida (1974), La lagarta (Lymantria dispar L.) (1974), El salmón de Asturias (1991).

Zúñiga hombre polifacético y muy activo, también participó en los grandes acontecimientos de España. Fotografió el entierro de Francisco Largo Caballero, Jefe de gobierno y Ministro de Guerra durante la Guerra Civil, considerado el Lenin español; Zúñiga  también estuvo en la Alianza deIntelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, en Valencia, donde retrató a Alberti, a María Teresa León, Pablo Neruda,  Nicolás Guillén, José Bergamín y Manuel Altolaguirre; participó en las Cortes Valencianas, y en la liberación de París, así como en el frente de Madrid y en el de Aragón.


Fotografía de Guillermo Zúñiga. Guerra Civil española

Ahora, gracias a la Asociación Española de Cine e Imagen Científicos (ASECIC)  podemos disfrutar del visionado de una parte del legado científico audiovisual que Guillermo Zúñiga realizó durante más de 40 años. 



Referencias

miércoles, 31 de octubre de 2012

¡CUIDADO documental pseudocientífico! Trilogía del diseño inteligente



"Cada ser vivo, la Tierra y el Universo proviene de un acto de creación de un ser supremo".

Esta es, básicamente, la premisa mantenida por  aquellos que se reconocen como creacionistas. Pero claro, este argumento teleológico frente a las explicaciones científicas sobre el origen de la vida y el universo afortunadamente no han tenido éxito.

Sin embargo, el creacionismo y sus promotores no han desistido en su intento por legitimarse, al menos, como alternativa para explicar el origen de la vida, para lo cual han presentado una nueva versión del creacionismo llamado diseño inteligente. Esta nueva versión más “sofisticada”, trata de buscar la respetabilidad intelectual que el creacionismo clásico no ha sido capaz de obtener, para lo cual se han  rodeado de un elenco de “científicos”  anti-evolucionistas que han propuesto las “teorías” más peregrinas, absurdas y ridículas en su intento de invalidar las evidencias del proceso evolutivo  y la selección natural.





En este empeño de difundir   argumentos pseudocientíficos, los  creacionistas han recurrido incluso a la producción  de varios documentales con la fórmula comercial de  Trilogía del diseño inteligente. que llevan por título: Claves del misterio de la vida (2002), El planeta privilegiado (2004) y El Dilema de Darwin (2009).


La trilogía que se vende como ciencia

Estos documentales realizados por la productora norteamericana Illustra Media –al abrigo de la institución  Discovery Institute , de ideología ultraconservadora y explícitamente cristiana- no tiene reparos en admitir en su web la dedicación exclusiva en demostrar las evidencias del diseño inteligente a través del género documental.



La primera impresión que algunos espectadores pueden llevarse tras el visionado de estos documentales, es la verosimilitud de lo que se cuenta y el aparente tratamiento científico en la  exposición de sus argumentos. Pero en realidad ¿que se cuece detrás de sus imágenes? ¿Qué cuentan estos documentales?

Antes de dar respuesta a éstas y otras preguntas, es conveniente atender a la propuesta de documental científico -según los autores León, Giménez y López recogido en el libro Ciencia para la televisión. El documental científico y sus claves -cuyas producciones deben cumplir tres  aspectos esenciales:

  1.  Tratar sobre un asunto centrado en resultados de investigación científica, hechos o conocimientos relacionados directamente con alguna disciplina científica o argumentación basada en conocimientos científicos, incluyendo las ciencias naturales, aplicadas y sociales;
  2. Mostrar explícitamente (en la imagen, la narración o los títulos de crédito) que han contado con la colaboración o el aval de expertos o instituciones científicas, que han participado como fuentes de información o asesores de contenido
  3. Sus estructuras narrativas y sus herramientas visuales están destinadas a la comprensión, interés, concienciación, formación de criterio y entretenimiento del público.

Vaya por delante que para escribir este nuevo post he tenido que sufrir del visionado de estos tres  documentales. Quién desee verlos puede encontrarlos fácilmente  por internet. Yo me he abstenido de insertalos en este blog. 




¿Es ciencia lo que nos cuenta?

Esta trilogía se limita a recrear, haciendo uso del clásico modelo de documental expositivo alternando una voz en off anónima con entrevistas, las ya conocidas argumentaciones del diseño inteligente como alternativa  a la teoría evolucionista.

Desde una supuesta perspectiva biológica, Claves del misterio de la vida (2002), nos presenta la teoría evolucionista de Darwin como incompleta y limitada para dar explicación a la complejidad y diversidad de la vida. Los autores del documental quedan anclados en el siglo XIX y obvian centenares de estudios posteriores entorno a la teoría evolucionista, además de la teoría de síntesis evolutiva moderna - llamada así porque sintetiza o reúne datos procedentes de todas las ciencias biológicas -. También se rechaza de plano la evolución química que propuso Oparin ignorando igualmente estudios y avances posteriores entorno a dicha teoría. Así pues, el discurso queda deliberadamente   “preparado” para introducir los argumentos antievolucionistas que en este documental gira entorno a la complejidad irreductible y la complejidad específica, y que vienen a decir básicamente que la complejidad de ciertas estructuras o procesos en la naturaleza así como cierta información muy especifica, solamente pueden ser producto de un agente inteligente.  

¿Quién se atreve a quitarle la razón a Charles Darwin?


Éstas razones han sido refutadas en numerosas ocasiones por la comunidad científica internacional  valoradas como un punto de vista no científico, cuyos postulados de donde parten estas deducciones son irracionales, dogmáticos, y no se produce un estudio crítico para contrastarlos a través de sus consecuencias con la realidad.


Hagamos un alto en el camino para ver que es eso de la complejidad irreducible y como desmontar un concepto pseudo científico. 



Con El planeta privilegiado (2004), el segundo documental de esta trilogía, las argumentaciones entorno al diseño resultan aparentemente más atractivas, en la medida que la ciencia astronómica toca la fibra sensible de lo que somos, de nuestro origen y de nuestro destino, sin embargo no debemos llevarnos a engaño. El documental se remonta primero  a la teoría heliocéntrica de Copérnico, ni más ni menos – que sacó la Tierra del centro del universo para situar al Sol- para posteriormente  atacar y menospreciar  su reformulación moderna conocida como Principio de Mediocridad –no existe nada intrínsecamente especial acerca de la Tierra-. Y todo ello con el único objetivo de retroceder a un pasado pre-científico, de resituar al hombre de nuevo en el centro del Universo o al menos en un lugar privilegiado donde florece vida compleja y permite observar lo que está más allá de nosotros, para lo cual hace falta la presencia de un diseñador inteligente que asegure estas condiciones.  Este argumento creacionista -de concepción antropocéntrica y teísta  – conocido con el nombre de universo bien afinado se justifica mediante una serie de razones astronómicas ( ¿o habría que decir astrológicas?) diseminadas  a lo largo del metraje . 


Nuevamente este documental muestra, manipula e ignora lo que interesa para hacer encajar esta argumentación del diseño inteligente más propia de concepciones filosóficas y religiosas previas a la revolución científica. No hay ni rastro de argumentos  que discutan está idea del universo bien afinado, como el referido al multiverso originada a través de la teoría M - supuesta existencia de universos paralelos que se diferenciarían sólo por diferenciales de cualquier magnitud del universo, dando a entender que este universo es tan probable como cualquier otro de la infinidad que existen – .

En definitiva, la comunidad científica alega que este argumento creacionista es esencialmente tautológico y no puede comprobarse por el método científico, por lo que solo puede ser base de especulaciones. 

El dilema de Darwin (2009), documental que cierra la trilogía,  disfraza su argumentario bajo  la disciplina paleontológica. De nuevo un discurso anclado en el siglo XIX rescata mediante diversas citas el misterio que fue para Darwin el estallido de la vida en la época Cámbrica. Se incide en esta cuestión afirmando la inexistencia de registro fósil anterior a la era Cámbrica como paso gradual que confirmaría así la teoría de la evolución predicha por Darwin. Expuesto este supuesto vacío argumental de  la ciencia entorno a la explosión Cámbrica, el documental aprovecha  para invalidar la teoría evolucionista justificado por la nula aparición de fósiles precámbricos y la inexistencia de fósiles transicionales.  Sin embargo, olvidan los autores del documental, me temo que deliberadamente,  que ya existen evidencia de fosiles precámbricos – organismos ediacaricos-, la aparición de fósiles transicionales como el Tiktaalik y Archaeopteryx,  y  microfósiles antes no observables por los limites de la tecnología. Además se ignoran estudios muy esclarecedores entorno a este tema del prestigioso científico J. W. Schopf.


Haz clic aquí para descubrir toda la verdad sobre el diseño inteligente.



¿Quién lo cuenta?

Estas tres producciones que conforma la trilogía, en su esfuerzo para legitimar como científico las ideas creacionistas ,realiza una serie de entrevistas a personas científicamente calificadas.  Sin embargo, solo contiene cuatro nombres de alguna relevancia: Michael Behe, William Dembski, Jonathan Wells y Simon Conway Morris -volveremos a él más adelante-. De éstos, Morris y Behe  pueden reivindicar ser considerados científicos de cierta entidad. Behe ha publicado artículos legítimos en áreas importantes de bioquímica, como por ejemplo estudios sobre la hemoglobina falciforme[1], la estructura del DNA[2] y el plegamiento de proteínas[3], todos ellos sin relación con el diseño inteligente . Dembski no ha publicado nada en revistas científicas arbitradas. Wells ha publicado [4] en muy pocas, y aunque una de ellas es una revista importante no tiene una relevancia evidente para sus creencias creacionistas. No obstante, ha conseguido publicar un artículo creacionista en una revista arbitrada[5], aunque se ha de tener en cuenta que no todas las revistas arbitradas siguen los mismos estándares de arbitraje. 

De izquierda a derecha: Michael Behe,  William Dembski  y Jonathan Wells

Otros supuestos científicos entrevistados en esta trilogía como Paul Nelson, Stephen C. Meyer, Guillermo Gonzalez y Jay Richards, sus publicaciones no van más allá de las propias instituciones afines al Diseño Inteligente con una ausencia total de publicaciones en revistas netamente científicas. 

De izquierda a derecha: Paul Nelson, Stephen C. Meyer, Guillermo Gonzalez y Jay Richards


Con todos estos precedentes, el nombre de estos científicos que aparecen en pantalla bajo el epígrafe de “scientific consultants”  (asesores científicos), en las películas Claves del misterio de la vida (2002) y El planeta privilegiado (2004), no tienen el aval suficiente y cualificación científica necesaria para garantizar una información rigurosa basada en investigaciones científicas. Existe además una perdida gradual y muy gráfica del marchamo científico que es visible incluso en lo títulos de crédito finales.



Claves del misterio de la vida. Títulos de crédito finales


El planeta privilegiado. Títulos de crédito ahora sin las siglas "Dr."


El dilema de Darwin.  Títulos de crédito finales sin rastro de científicos

Si en la segunda entrega, El planeta privilegiado (2004) las siglas "Dr." que acompañaban a los nombres bajo el epigrafe “scientific consultants” han desaparecido. En la última entrega, El dilema de Darwin (2009), además de las inexistentes siglas el epígrafe “scientific consultants” es sustituido ahora  por el renovado epigrafe “script consultans” que viene a significar algo así como asesores de guión. Bajo  el nuevo epígrafe "script consultants" de esta  última entrega, aparecen además  de  Paul Nelson y Stephen Meyer ,a los cuales ya hemos hecho referencia con anterioridad,  dos nuevos nombres, Jonathan Witt y David F. Coppedge,  “científicos” con publicaciones únicamente acreditadas en la propias instituciones afines al diseño inteligente

Más creacionistas: Jonathan Witt y David F. Coppedge


Sin embargo, entre los entrevistados sorprende ver a un  importante paleontólogo británico, Simon Conway Morris, profesor en el departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge, con numerosas publicaciones científicas  arbitradas y descriptor de muchos de los fósiles de Burgess Shale. Sorprendentemente sus intervenciones defiende el argumento de un diseñador  inteligente. A pesar de las credenciales de Morris como importante  investigador, en el documental se le presenta de forma confusa y ambivalente  como  "author / Life´s solution" y más adelante "author /Crucible of creation", ni rastro de su condición de científico o profesor.  

Morris en el documental El dilema de Darwin 

Asimismo esta trilogía no incluye en sus títulos de créditos finales el epígrafe “researchers” (investigadores), bajo los que se sitúan generalmente científicos especialistas o con investigaciones en curso, como si aparecen en la práctica totalidad de los documentales con un carácter verdaderamente científico. 

A todo lo anterior hay que sumarle  instituciones que han colaborado o participado como fuentes de información. Primero  están aquellas que han facilitado imágenes fotográficas y secuencias filmadas (footage) en las que se entremezclan webs de archivos fotográficos (Art Resoruce, IstockphotoArtsbeats digital film library ), instituciones afines al diseño inteligente (Foundation for Thought andEthics), la desconocida Cells Alive (¿?), instituciones de reconocimiento científico como la NASA, SETI, European Space Agency etc. Por otra parte están aquellas a las que los productores agradecen su colaboración, por supuesto  Discovery Institute y Universidades como Washington, Macquiarie y Cambrige, entre otras. Es difícil demostrar con el simple visionado de los documentales y su aparición en los títulos de crédito en que grado se han implicado estas Universidades, aunque sospecho que en el caso de la Universidad de Cambrige –vinculada al profesor Morris entrevistado en El dilema de Darwin- sus autores se han tomado ciertas licencias que como veremos posteriormente llega incluso a la manipulación. 

Otras instituciones ligadas directamente a los nombres  de los entrevistados son, Baylor University , Leigh University , Biola University , Messiah College y Whitworth College. Todas ellas de carácter privado, de ideología conservadora y confesionalidad cristiana -afiliada a la iglesia Presbiteriana en el caso de Whitworth College- y con relaciones en mayor o menor medida con Discovery Institute.

Hasta ahora hemos visto que, tanto el aval de expertos e instituciones científicas, como los hechos y argumentos expuestos en cada uno de los documentales dejan mucho que desear en cuanto a rigurosidad científica. A estas alturas podríamos confirmar el perfil inequívocamente pseudocientífico que presenta esta trílogia. Sin embargo, no queremos dar por terminado este post sin al menos apuntar brevemente algunas de las estrategias narrativas utilizadas para acercar y confundir al espectador con estos argumentos disfrazados de ciencia.


¿Cómo lo cuentan?

Ya comentamos que  esta trilogía sigue el modelo de documental expositivo, alternando  comentarios en off anónimo con entrevistas ante la cámara, incluyendo asimismo  imágenes generadas por ordenador. Una puesta en escena que cumple con los modos narrativos y visuales más prototípicos del actual documental científico.

A pesar de todo,  este aspecto formal no puede disimular  la absoluta falta de rigurosidad científica de aquello que nos cuenta, aun cuando sus autores han aprovechado al máximo las posibilidades del medio audiovisual para difundir su discurso con la intención de hacerlo no ya entretenido sino verosímil. Otra cosa es que lo hayan conseguido.

Cada uno de los tres documentales se sustenta en un hilo conductor  común, sencillo y de fácil asimilación para el espectador; “la ciencia no tiene respuesta para todos los hechos producidos en la naturaleza, el designio inteligente  es la explicación”.  Un tramposo  punto de partida a modo de leit motiv, que omite y manipula información científica relevante  con el único fin de transmitir el argumentario creacionista. Para el encaje  de este falso argumento en las estructuras narrativas establecidas,  se valen por ejemplo, de herramientas visuales como los intertítulos o  citas referidas a científicos históricos. Éstas citas, previamente descontextualizadas y reformuladas, funcionan como catalizador para la introducción de las explicaciones teleológicas, abriendo nuevos frentes -ficticios por supuesto - en contra de la teoría evolucionista.


Capturas del documental Claves del misterio de la vida donde se muestra un ejemplo de citas referidas a Darwin.




Capturas del documental El planeta privilegiado mostrando algunas de las citas referidas a científicos históricos en el campo de la astronomía.

También se encuentra en la trilogía puntos de vista no ya puramente subjetivos sino incluso místicos, más propios del ámbito religioso. Me refiero con esto al momento en que algunos de los entrevistados, Michael Behe en Claves del misterio de la vida y Guillermo González en El planeta privilegiado,  relatan, acompañado por una  un música sinfónica y muy efectista, su conversión al diseño inteligente. Una epifanía particular ante hechos asombrosos y peculiares – el rotor del flagelo bacteriano para Behe y el eclipse de Sol para González- que la ciencia, según ellos, no ha encontrado respuesta pero  sin embargo no tienen dudas de su designio inteligente. Este es el mejor ejemplo de lo que se conoce como Falacianon sequitur: “ no puedo comprender estos hechos asombrosos y peculiares, por lo que tuvo ser obra de un ser supremo”. Obviamente, éste no es un razonamiento correcto. Que no comprendamos un proceso no demuestra que sea creado por una inteligencia superior.

Las imágenes generadas por ordenador es la mejor aliada para estos documentales.  Se convierte en la mejor herramienta para presentar aspectos creacionistas de una forma atractiva, entretenida y con un cariz divulgativo propio de  verdaderos documentales científicos. Sus autores no dudan en hacer uso de estos recursos  visuales con el supuesto fin de aclarar conceptos como la complejidad irreductible y el universo bien afinado. Para ello se acude a la analogía visual apoyada de una narración en off. Se compara el flagelo bacteriano y su supuesta complejidad irrediductible con una trampa de ratón, las constantes del universo con un superordenador cósmico o el ensamblaje de las piezas del flagelo bacteriano con el plano de una casa.  Analogías en principio inocentes  pero que en última instancia no pretende explicar o facilitar la comprensión de concepto alguno sino transmitir una idea claramente creacionista: 
"del mismo modo que hay inteligencia detrás de cualquier logro que la industria humana ha producido, detrás de estructuras complejas como la célula y el átomo, tienen que haber sido igualmente diseñados y producidos por alguien de una forma deliberada, es decir un diseñador inteligente".  


En el empeño de dar verosimilitud a esta trilogía, el último documental, El dilema de Darwin,  presenta una cuidada producción y una factura estética muy por encima de las dos anteriores producciones. Sin embargo, éstas mejoras paradójicamente le juega una mala pasada a los autores del documental, delatando lo artificial y ficticio de la puesta en escena. A que me refiero con esto. Si nos fijamos en las dos imágenes capturadas del documental, éstas denotan un aire academicista y culto que viene dado por un entorno de grandes librerías y pupitres de aire victoriano en una, y lo que parece un museo natural en la otra, y donde se situan a los entrevistados – Stephen C. Meyer y Paul Nelson-. Sin embargo, estas imágenes de fondo presentan una textura y falta de perspectiva algo extrañas. Asimismo, sobre el pelo y hombros de los entrevistados existe un reflejo de luz morado que  que nos lleva a pensar inevitablemente que se esta haciendo uso de la técnica audiovisual del Croma Key. Con estos detalles el montaje  salta a la vista y el descaro a la hora de  situar a dos creacionista- Meyer de Discovery Institute y Nelson de Baylor University-  en un entorno simulado que no les corresponde y relacionado muy probablemente a la Universidad de Crambige (además así lo enuncia en los títulos de credito finales) roza la manipulación. A mi entender parece que esta última entrega de la trilogía redunda en el estereotipo científico (uso del microscopio por parte del científico, trabajos de campo, gráficos y esquemas explicativos, etc...)  con la intención de construir un documental más verosímil que los anteriores aunque  la rigurosidad cientifica sigue brillando por su ausencia.

El creacionista Stephen C. Meyer mimetizado con la imagen croma

El creacionista Paul Nelson reflejo del croma

Para poner punto final a este interminable post os dejo el fragmento de una entrevista de Eduard Punset con Helena Cronin, filósofa de la ciencia y experta en darwinismo de la London School of Economics. Mirad  de que manera tan convincente, elegante, relajada y simple Helena Cronin contesta a la idea del diseño inteligente. Que desahogo y confortable es ver y escuchar este tipo de argumentos. Saludos y hasta la próxima. 




[1] Behe y Englander, Behe, M.J. y Englander, W.S.: «Quantitative assessment of the noncovalent inhibition of sickle hemoglobin gelation by phenyl derivatives and other known agents», Biochemistry 1979; 18: 4196-4201.
[2] Luthman, K. Y Behe, M.J.: «Sequence dependence of DNA structure. The B, Z, and A conformations of polydeoxynucleotides containing repeating units of 6 to 16 base pairs», J Biol Chem 1988; 263: 15535-15539.
[3] Behe, M.J.; Lattman, E.E. y Rose, G.D.: «The protein-folding problem: the native fold determines packing, but does packing determine the native fold?», Proc Natl Acad Sci USA 1991; 88: 4195-4199.
[4] Rowling, B.A.; Wells, J.; Wu, M.; Gerhart, J.C.; Moon, R.T. y Larabell, C.A.: «Microtubule-mediated transport of organelles and localization of b-catenin to the future dorsal side of Xenopus eggs», Proc Natl Acad Sci USA 1997; 94: 1224-1229.
[5] Wells, J.: «Do centrioles generate a polar ejection force?», Riv Biol 2005; 98: 71-86.




Referencias
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  • Cornish-Bowden, Athel  y Cárdenas, Maria Luz: La amenaza del creacionismo para la enseñanza racional de la biología, SEBBM Dossier Científico, 2007; 153.
  • Claramonte Sanz, Vicente: Cómo ilustrar que el diseño inteligente no es Biología sino pseudociencia, eVOLUCIÓN 5(2): 43-54 (2010).
  • Bunge, Mario (1997). ¿Qué son las pseudociencias?. Diario La nación. Argentina.Traducción de Jesús M. Villaro, del original de Mario Bunge “The Philosophy behind Pseudoscience,” Skeptical Inquirer, Julio/Agosto, 2006. Corrección de Rafael González del Solar. 
  • Molina , Eustoquio y Tamayo, Manuel: Argumentos y datos científicos interdisciplinares . Sobre las imperfecciones del diseño evolutivo, Interciencia, Sep 2007, vol. 32 nº 9
  • Lacadena, Juan – Ramón: Creacionismo y diseño inteligente frente a evolucionismo en los Estados Unidos, Pliego, 2006, nº 2.512; 24-30